16.6.13

[R#21] Las edades de Lulú - Almudena Grandes

Pocas veces por no decir nunca me he topado con un libro en donde las situaciones, el contexto o el/la protagonista refleje tantas cosas que me ha tocado vivir. Con Las edades de Lulú me ha sucedido, y no es solo el hecho de que compartamos el "trauma" de dejar de ser las benjaminas para "hacernos grandes" porque llega un renacuajo que necesita toda la atención de la familia. O de que compartamos una variante respecto al apelativo cariñoso. O que ambas hayamos sido "juiciocitas y responsables" tanto así que nuestras madres nos dejaran ir libres por el viento, confiando en nuestro prematuro sentido de la responsabilidad. O en el hecho de encapricharnos, enamorarnos de alguien mayor que nosotras, que nos calibró al 100% y supo cómo manipularnos... O que ya de mayorcitas descubriéramos la peculiar atracción por la sodomía masculina, objetando frente a las muchas plumas que en el "ambiente" se puede encontrar. [Seguro que con esto que acabo de escribir estoy chinchando a más de uno. Con toda sinceridad lo escribo sin ánimo alguno de ofender.]

Gracias al sino que hasta ahí llegan nuestras semejanzas, y que yo no he pasado por las complicadas situaciones que Lulú enfrenta.





Editorial: Tusquets
ISBN:  978-84-7223-364-5
Disponible también en ebook*
*Versión revisada por el decimoquinto año de su publicación.

Las edades de Lulú
Almudena Grandes

   SUMIDA todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos. 




Lulú, desinhibida, transgresora, deseosa de experiencias, curiosa, que no se limita, pero que en el fondo quiere seguir siendo la niña a la que obligaron a crecer. Añorando sentirse protegida, cuidada, en sus propias palabras: seguir siendo el corderito de lazo rosa. Y claro, para ello necesita de Pablo, y Pablo de ella, de la niña a la que vio crecer, a la que sentaba en su regazo sin perversión alguna, pero que los años, la convirtieron en su objeto de deseo. El vino que estuvo añejando para disfrutarlo en el momento exacto, momento en donde ya no se es un niño, pero tampoco un adulto. Donde se está ávido por experimentarlo todo... e idóneo para enseñársela, manipularle, más aún si es una chiquilla con carencias emocionales.

No importa la edad que tenga, Lulú siempre será una niña...la vulnerable quinceañera que se ha moldado al placer de Pablo... y que siempre regresará a él, pues no conoce otra forma de sentirse completa, aceptada, apreciada, amada (una poco convencional forma de amar). Experimentará con todo, caerá y sucumbirá, pero serán placeres fugaces, chutes que solo le dejan con ganas de más y que no se verá saciada hasta que Pablo, magnánimo él, decida aceptarla nuevamente.




Y Pablo, quien con cuatro frases bonitas y tres miradas intensas, consiguió que Lulú comiera de su mano. Un personaje que para mi ha quedado como "velado", al que solo conozco por Lulú, y al que no hay forma que le entienda (cosa que no pasa con Lulú, quien tiene como excusa las carencias emocionales). Complejo? Culpable? Redimido? Una interrogante para mí, más aún con lo que pasa para llegar al final.





No puedo evitar mencionar y comentar brevemente el camino que se recorre para el final del libro. Y vaya camino. ¡Qué fuerte!. Y no, no es fuerte por lo que le sucede a Lulú, sino por lo que se deduce, o lo que yo deduje —según comentarios que leo—. Si quien orquesta lo que se monta, es quien parece ser..., es decir, el "caballero de brillante armadura" que aparece para rescatar a la estafada damisela... Impactada con ello, tanto así que en mi registro ha quedado como algo nimio el trío de Lulú, su marido y Equis, y no me podréis negar, que "eso" también se lleva lo suyo.



Ha sido una lectura rápida y que te engancha, sabiendo hilar las escenas eróticas de tal forma que te permite ser un partícipe más de los juegos de Lulú. Pero no es solo una novela erótica o quizá pornográfica para algunos (con escenas de lesbianismo, algo de zoofilia, sodomía, tríos, fisting, bondage, sadismo, shemale, violación). Calificación que dependerá de a lo que se esté acostumbrado a leer, o de la tanto que se sepa (de refilón o por experiencia) de la sexualidad y de las diferentes parafilias (algunas muy transgresoras). Es además una historia que si se lee desde otra perspectiva (omitiendo el sexo explícito), se percibe reflexiones sobre la infancia, la pérdida que para algunos niños supone la llegada de un nuevo hermano y el dejar de ser el pequeño y convertirse ahora en el hermano mayor, y por tal, ya no ser "el más importante" y sentirse dejado de lado. O sobre el excesivo pudor y la falta de comunicación, censurando temas y conductas... y con ello no haciendo otra cosa que fomentar a una presa en potencia.

Un libro de esos que definitivamente deberé leer acá a unos largos años más adelante. En especial para descubrir el misterio, si en realidad es tal y como creo que sucede o solo ha sido un error inducido por las altas horas a las que acostumbro leer.


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